RELIGIÓN

Análisis por numerología del nombre Alba

Naturaleza Emotiva:

Naturaleza emotiva, amable y condescendiente. Suave, cordial, sagaz. Ama la armonía de las formas y los métodos persuasivos. Le gusta sentirse alabado.


Naturaleza Expresiva:

Es consecuente. Se expresa en la calidad, comodidad y utilidad del atavío personal. Gustoso se prestará a mejorar la vida urbana y la familiar. Ama el acompañar y ser acompañado.


Talento Natural:

Es mente de pensamiento previsor. Se expresa como pensador práctico, que planea en grande y al planear se sirve simultáneamente de la codificación y de la demolición. Recibe aumento en las empresas que requieren de métodos de esfuerzo organizado. Su mente es tanto más previsora cuanto más extensa es la empresa. Ama lo importante, lo que requiere tiempo y obra con el tiempo.
Podría destacar en profesiones como experta en eficiencia, industrial, ejecutiva, editora o crítica editorial, comerciante, empleada pública, banquera, interprete.

Número de Suerte: 7

Leyenda

La leyenda áurea dice que en el cercano pueblo de Villar vivía María, una jovencita que tenía diez hermanos menores que ella. Todavía de madrugada iba con las ovejas al monte, donde solían pacer, y no retornaba a su casa hasta el atardecer, pues así se lo había ordenado su madrastra. Solo comía de lo que ella se procuraba, pues no le daban nada y, a pesar de todo, salía contenta y cantando hacia el monte todas las mañanas.
Mientras las ovejas pacían, ella recogía las flores más bellas que encontraba para ofrecérselas a una bella señora que vivía en una cueva de la peña del Alba. Mientras tanto, los lobos eran los que cuidaban de su rebaño, pero un día ocurrió una tragedia: un lobo devoró a una cabritilla. El pánico hizo presa en María por lo que le diría su madrastra y se le ocurrió entrar en la cueva para pedir ayuda a la señora que también veía en sueños muchas veces. En aquel momento apareció frente a ella un cabritillo idéntico al descuartizado.
Maravillada por el suceso, María lo contó al pueblo, que acudió en masa al lugar indicado por María y encontraron la talla de una Virgen enterrada. A la vista de ello, el pueblo decidió construir en ese lugar una ermita en la que se venerase a la Virgen, lo cual viene haciéndose desde hace siglos con el nombre de Virgen del Alba.